Caminabamos por las calles de esta o cualquier ciudad, y nos daba asco la mugre, nos partía el alma un niño durmiendo en la vereda, nos daba miedo un policía armado.
Con el tiempo nos van acostumbrando a no verlos, a no sufrirlos, a no sentirlos... nos va amoldando, encasillando, aburriendo, cubriendonos con un plástico de indiferencia.